David Zimmerman un fotógrafo de profesión bastante desmoralizado tras su ruptura con Alice, asiste a regañadientes a una fiesta de Nochevieja con su colega Harry. Incómodo por la presencia de su ex en el guateque, David acepta una pastilla de éxtasis ofrecida por Harry y así comienza una noche de baile y desenfreno para él, hasta que se cruza en su camino una extraña chica, con la que ya había tenido contacto visual en una boda judía en la que ejerció de fotógrafo cuatro meses atrás. La hipnótica mirada de la joven atrapa por completo al fotógrafo, quién la sigue hasta una habitación de la casa donde se celebra la fiesta, en la que mientras suenan las campanadas que anuncian la llegada del nuevo año mantienen relaciones sexuales. Y en ese preciso momento es en el que la vida de David Zimmerman cambia de manera drástica dando un giro inesperado y abrupto para él, su futuro y todos los que le rodean...
De esta manera tan inquietante y perturbadora da comienzo el soberbio tomo El caso de David Zimmerman, realizado por el historietista Lucas Harari junto a su hermano Arthur Harari como coguionista. Hasta aquí todo bien, pero cabe decir que Arthur es uno de los guionistas de una de las mejores y más singulares películas europeas de los últimos años: la multipremiada Anatomía de una caída, el excelente film dirigido por Justine Triet y escrito a cuatro manos por la misma realizadora y Arthur, que en 2023 se alzó con la Palma de Oro del festival de Cannes, con el premio al mejor guion original en los premios Oscar y con el Goya a la mejor película europea, entre otros galardones.
Sin desvelar un ápice de lo que le ocurre a nuestro protagonista tras esa placentera pero a la par fatídica noche de fin de año, lo que si se puede contar de esta fantástica obra, impecablemente editada por lo compañeros de Astiberri, es que es una lección de cómo contar con ecos de estrambótica ciencia ficción, viniendo a la cabeza películas como La invasión de los ultracuerpos, el desespero humano al toparnos sin esperarlo con algo que cambia radicalmente nuestra existencia, como afrontarlo y, sobre todo, como seguir (sobre)viviendo con ello. Con un dibujo sencillo pero efectivo y unas gamas de color que se adecuan y acompañan en todo momento a los estados de ánimo por los que pasa David, la labor como autor de Lucas Harari es tremenda, y ese desarrollo tan cinematográfico que tiene la historia, tan visual, tan widescreen, a ritmo de Leonard Cohen y Daft Punk, se nota que es por obra y gracia de Arthur.
Espero que esta no sea la última colaboración de este dúo de hermanos que tan bien se han compenetrado para hacer germinar esa "nueva vida" de David Zimmerman, que tanto me ha impactado, sobrecogido y emocionado.
¡Altísimamente recomendado! (y si es con el LP I'm Your Man de Leonard Cohen sonando de fondo tanto mejor)
Pako Navarro