Javi de Castro nos propone un cómic alternativo, pero alternativo de verdad, tanto que cuando llegamos al final podemos darle la vuelta y continuar leyendo hacia el principio de nuevo. ¡Te cagas!
Y el experimento funciona a las mil maravillas: tienes el doble de lectura en el mismo número de páginas y además la cosa fluye y no se ve forzada. De Castro se debió romper la cabeza para que esto fuera así, porque no es nada sencillo llevar a buen puerto una acrobacia historietística como esta. Y que además sea entretenida y guachi, pues... ¡miel sobre hojuelas!
Recomendado para chavales, chavalas y adultos con criterio.
Jaume Albertí