Nos reunimos con Toni tras su prolongado estío vacacional para interrogarle acerca de lo que para él es uno de sus cómics favoritos. El inicio de su disquisición es contundente: “Watchmen es, sin duda, una de las mayores obras maestras que ha dado el medio. Explorando y jugando con las posibilidades del mismo, Alan Moore y Dave Gibbons construyeron, hace ya dos décadas, un artefacto narrativo-gráfico perfecto, cuyas múltiples piezas (¿todas?) encajan como las de un reloj suizo.”
¿Cómo justifica este reputadísimo crítico especializado en historieta tal aseveración? ¿No es acaso una afirmación un tanto exagerada? Nos contesta que no y que nos delineará toda una serie de argumentos para dar cuerpo a la misma: “Varios niveles de lectura, acciones paralelas, un vistazo a una América contemporánea alternativa modificada por las acciones o la mera presencia de los personajes, estructura de flash-backs, episodios con disposición simétrica de viñetas, abundante uso del raccord visual, encadenado literario de distintas escenas a través de textos de apoyo, análisis sociopolíticos y reflexiones filosóficas, deconstrucción del género superheróico… todo, absolutamente todo, está aquí, integrado a la perfección y de forma sutil, sin apabullar para nada al lector, gracias a la maestría y humanidad del guión de un Moore pletórico y al dibujo milimétrico y ajustado de un Gibbons que no se deja un solo y nimio detalle en el tintero.”
“Y a quien lo anterior no le vaya ni le venga”, advierte Toni, “se encontrará con un cómic emocionante, que le mantendrá en vilo y con el que disfrutará a lo largo de casi cuatrocientas páginas. Ahí es nada.”
¡Gracias, Toni!
