El departamento de recomendaciones de Gotham Còmics hoy os sugiere la lectura del cómic Superior, de Mark Millar y Leinil Francis Yu, así que, sin más dilación, ¡dentro reseña!
A día de hoy, ¿tiene algún sentido un personaje como Superman? Más allá de lo desmesurado de sus poderes, o de la auténtica legión de competidores por la atención del lector que, tras su estela, han surgido tras los más de setenta años desde su primera aparición, muchos son los aficionados que consideran que su carácter, cándido y "excesivamente" bondadoso, están fuera de lugar en una época tan "realista" y violenta -en lo cotidiano y en lo ficticio- como la nuestra. Y es que, si atendemos a lo que han sido algunos de los grandes éxitos de la ficción "de género" de los últimos años, aquellos que han trascendido el reducto de los aficionados para alcanzar al gran público -ejemplos de los cual serían, por ejemplo, The Walking Dead o Juego de Tronos-, encontraremos que priman los personajes de moralidad, cuando menos, dudosa o ambigua, si no directamente psicópatas de manual. En el mundo del cómic, The Authority primero, y los Ultimates después, han marcado tendencia en lo que respecta a convertir a los personajes protagonistas, los supuestos "buenos de la película", en individuos que carecen del más mínimo escrúpulo a la hora de finiquitar sus enfrentamientos con los malos de turno, enviándolos directamente a criar malvas y haciendo bueno el dicho de que "el fin justifica los medios". Todo lo contrario de lo que siempre fue una regla sagrada en personajes clásicos como Batman y, de nuevo, Superman, y que hoy se mantiene, a duras penas, en los citados y pocos más...
Por todo esto, no deja de resultar algo irónico que uno de los mayores "culpables" en esta tendencia hacia los metahumanos -cuesta seguir llamándoles "superhéroes"- cuya actuación es más propia de una fuerza militar que del estilo boy scout con el que todavía se motea al anticuado Superman, Mark Millar, sea también quien firme el guión de Superior. No en vano Millar fue precisamente el guionista que llevó a The Authority a sus más altas cotas de brutalidad y cinismo macarra, algo que aplicó casi a continuación a su propia versión de Los Vengadores: The Ultimates. Todo ello, además, con el casi unánime aplauso de crítica y público, traducido en excelentes ventas y en el despegue de una carrera, la de Millar, la obra del cual ha conocido adaptaciones al cine -Kick Ass, Wanted, por no hablar de la influencia de sus Ultimates sobre la reciente adaptación de Los Vengadores-, y ha ejercido un peso innegable sobre toda la línea editorial de los comics Marvel.
Ahora bien, resulta que, contra toda apariencia, Mark Millar es un fan irredento de Superman. De hecho, tuvo ocasión de escribir al personaje ya hace unos años, en unas memorables aventuras de corte clásico, dirigidas a un público potencialmente infantil... Pero igualmente estimables para lectores adultos. Ahora, lejos de la propietaria del personaje -DC Comics-, firma su particular homenaje al mito de Superman, encarnado en el Superior que da título al cómic publicado en España por Panini, en un tomo en tapa dura que contiene la miniserie original de siete números. Y lo hace en una historia que parece pensada directamente para la gran pantalla, con una estructura cerrada y perfectamente estructurada de presentación-nudo-desenlace, incluyendo escenas de diálogo para dar a conocer a los personajes y que los "actores" tengan oportunidad de lucimiento, combinadas con otras de acción más pura donde los encargados de los "efectos especiales" también tengan su tarea. Brilla especialmente uno de los puntos fuertes del guionista escocés, esto es, su habilidad para los diálogos, aunque por las particularidades de la trama y su protagonista la habitual carga de cinismo y dureza se haya visto algo más reducida de lo habitual.
Y bien, ¿tiene sentido hacer una historia con un personaje que ya ni siquiera es Superman, aunque en apariencia sean casi idénticos? Pues diría que sí, que lo tiene, si es tan buena, al menos, como ésta. Porque Millar no se limita a copiar el concepto, sino que introduce suficientes variantes como para no resultarnos demasiado familiar y aburrido, aunque, eso sí, manteniendo la esencia del personaje de manera que no olvidamos en ningún momento cuáles son sus referentes. Y porque es un tebeo entretenido, bien escrito, por momentos emocionante y que mantiene la buena impresión de lectura tiempo después de haber cerrado el tomo. Y porque demuestra, tal vez, que un personaje como Superman, con todo lo que éste arrastra consigo, sigue teniendo sentido a día de hoy. Quizá un sentido o unos sentidos algo distintos de aquel ya lejano 1938. Pero sentidos al fin y al cabo.
Por todo esto, no deja de resultar algo irónico que uno de los mayores "culpables" en esta tendencia hacia los metahumanos -cuesta seguir llamándoles "superhéroes"- cuya actuación es más propia de una fuerza militar que del estilo boy scout con el que todavía se motea al anticuado Superman, Mark Millar, sea también quien firme el guión de Superior. No en vano Millar fue precisamente el guionista que llevó a The Authority a sus más altas cotas de brutalidad y cinismo macarra, algo que aplicó casi a continuación a su propia versión de Los Vengadores: The Ultimates. Todo ello, además, con el casi unánime aplauso de crítica y público, traducido en excelentes ventas y en el despegue de una carrera, la de Millar, la obra del cual ha conocido adaptaciones al cine -Kick Ass, Wanted, por no hablar de la influencia de sus Ultimates sobre la reciente adaptación de Los Vengadores-, y ha ejercido un peso innegable sobre toda la línea editorial de los comics Marvel.
Ahora bien, resulta que, contra toda apariencia, Mark Millar es un fan irredento de Superman. De hecho, tuvo ocasión de escribir al personaje ya hace unos años, en unas memorables aventuras de corte clásico, dirigidas a un público potencialmente infantil... Pero igualmente estimables para lectores adultos. Ahora, lejos de la propietaria del personaje -DC Comics-, firma su particular homenaje al mito de Superman, encarnado en el Superior que da título al cómic publicado en España por Panini, en un tomo en tapa dura que contiene la miniserie original de siete números. Y lo hace en una historia que parece pensada directamente para la gran pantalla, con una estructura cerrada y perfectamente estructurada de presentación-nudo-desenlace, incluyendo escenas de diálogo para dar a conocer a los personajes y que los "actores" tengan oportunidad de lucimiento, combinadas con otras de acción más pura donde los encargados de los "efectos especiales" también tengan su tarea. Brilla especialmente uno de los puntos fuertes del guionista escocés, esto es, su habilidad para los diálogos, aunque por las particularidades de la trama y su protagonista la habitual carga de cinismo y dureza se haya visto algo más reducida de lo habitual.
Y bien, ¿tiene sentido hacer una historia con un personaje que ya ni siquiera es Superman, aunque en apariencia sean casi idénticos? Pues diría que sí, que lo tiene, si es tan buena, al menos, como ésta. Porque Millar no se limita a copiar el concepto, sino que introduce suficientes variantes como para no resultarnos demasiado familiar y aburrido, aunque, eso sí, manteniendo la esencia del personaje de manera que no olvidamos en ningún momento cuáles son sus referentes. Y porque es un tebeo entretenido, bien escrito, por momentos emocionante y que mantiene la buena impresión de lectura tiempo después de haber cerrado el tomo. Y porque demuestra, tal vez, que un personaje como Superman, con todo lo que éste arrastra consigo, sigue teniendo sentido a día de hoy. Quizá un sentido o unos sentidos algo distintos de aquel ya lejano 1938. Pero sentidos al fin y al cabo.