martes, 7 de noviembre de 2023

Cómic Recomendado: Femtropy volumen 1 de M.A. Garcías

FEMTROPY
VOLUMEN 1. SEÑORAS
Guion y dibujo de M.A. Garcias

Un autor de cómics presentando un nuevo cómic no debería ser un evento extraordinario. Pero si ese autor de cómics tiene un trabajo completamente distinto, no hace esto por dinero, y se ha pasado cinco años trabajando en su último proyecto, tal vez deberíamos darle algo más de crédito.  

Han pasado 10 años desde que presenté mi último trabajo en solitario, mi novela gráfica Una piscina de mierda en el infierno. Desde entonces me he concentrado en seguir adelante con mi otro proyecto en perpetuo progreso (Huérfanos) y en seguir trabajando en mis habilidades creativas. 

Hace 8 años, cuando acababa de cumplir 40, pasé mi crisis de la mediana edad. Y en vez de comprarme una moto o hacerme un tatuaje, decidí apuntarme por primera vez a clases formales de comic en la escuela Joso de Barcelona, que continuarían los siguientes años en clases de color, ilustración digital y formación específica en narrativa, anatomía, composición y demás técnicas útiles para contar historias en comic. 

Esto no lo cuento para presumir de lo bueno que soy, sino porque de toda esta formación vienen los resultados que hoy podéis apreciar en el primer volumen de este proyecto Femtropy

Este proyecto ha cambiado mucho durante estos ocho años. Escribí un primer guión completo que ya en su momento no me convenció mucho y lo dejé madurar. Finalmente hice una reescritura que lo acercó mucho al que ha sido la historia definitiva, y ese fue el que empecé a dibujar, y publicar. 

Este cómic lo escribí en inglés y lo publiqué originalmente como webcómic online, con el título Femdom, Inc. La elección del idioma fue tanto para hacerlo accesible a un público más amplio, como para facilitar la traducción a otros idiomas, en particular francés y español. 

La elección del título fue mucho más burda: quería un título que captara la atención, con la intención de atraer mayor audiencia de la que había tenido hasta ahora, incluso si tenía que jugar la carta del equívoco. Finalmente, comprendí que incluso si funcionaba, el público al que captaría sería el equivocado, y potencialmente desmotivaba a los lectores a los que genuinamente iba dirigido. De ahí el definitivo Femtropy

Además de mis estudios, otro hito importante en mi vida creativa que se ha visto reflejado en esta obra fue mi primera visita hace cinco años, en enero de 2018, al festival de cómic de Angouleme (como público, aunque no sea necesaria la aclaración). El descubrimiento de la riqueza y las posibilidades del medio en la industria europea me terminó de convencer que la historia que llevaba unos años maquinando, y unos meses ya en plena realización, había encontrado su forma definitiva.  

Un último evento que selló el destino de este cómic tuvo lugar ese mismo año en el Cómic Barcelona (antiguamente “el salón”) donde tuve ocasión de conocer a la guionista americana Kelly Sue DeConnick, a la que pedí consejo sobre cómo abordar una obra como esta, protagonizada por mujeres, con una perspectiva femenina y un tono feminista... siendo hombre. Su consejo fue simple y contundente: humildad. Escuchar a los personajes y dejar que expresen su verdad. No estoy del todo seguro de si lo que ella quería decir es lo que yo entendí, pero consideré este consejo como una aprobación, y a partir de ese momento el destino de este proyecto quedó sellado. 

Excepto que aún faltaba muchísimo trabajo. Incluso cuando trataba de contener mi ambición, el proyecto tomó vida propia y los personajes necesitaban cada vez más espacio. Las 64 páginas iniciales a las que trate de ceñirme para este primer tomo (típica del formato de álbum europeo) se quedaron pronto cortas y han terminado siendo 86. Y mi renovado compromiso con seguir el estilo europeo de grafismo y narración requiere un extra de trabajo, sobre todo en lo que a fondos y ambientación se refiere. Siempre he dicho que estoy en esto del cómic como apuesta a largo plazo, pero están empezando a ser plazos MUY largos. 

En 2019 intente algo diferente. Antes de abordar el proyecto completo por mi cuenta, decidí crear una propuesta de proyecto para enviar a editoriales, incluyendo cinco páginas completas, con la esperanza de que aún hubiera un hueco para mí en el mundo editorial. Hice mi primer intento en el Comic Barcelona de ese año, pero mi portafolio no fue seleccionado, y un año más tarde cuando la pandemia condenó todos los eventos de cómic a la virtualidad, hice un nuevo intento, ya con muchas más páginas, a casi todas las editoriales, francesas y españolas, a las que pude contactar. Más de 30 editoriales rechazaron mi propuesta (la mayoría de forma silenciosa: solo dos se dignaron a responder) por lo que finalmente asumí que, si esta obra iba a ver la luz, iba a ser como las anteriores: por mis propios medios. 

Y así es como llegamos a este 2023. Al principio del año, tome una decisión profesional que llevaba mucho tiempo mascando y pongo fin a casi nueve años de relación profesional con mi última empresa. Y antes de empezar la búsqueda de un nuevo trabajo, decidí poner fin primero al proyecto que me apasionaba, antes de volver a la actividad que me daba de comer. Y así es como dediqué cuatro meses a tiempo completo entre febrero y junio para rematar este primer tomo de Femtropy, que ahora puedes considerar y (espero) disfrutar en su totalidad... a la espera de sus dos correspondientes secuelas. 

Y uno puede preguntarse, ¿qué clase de historia puede mantener a un autor motivado, algunos dirían obsesionado, durante tantos años? Los que conozcan mi obra, saben que este no es ni siquiera mi proyecto más longevo: llevo trabajando de forma fija-discontinua en Huérfanos desde 2002, y mi anterior obra en solitario tardó 20 años en ver la luz. Y la razón por la que Femtropy me ha fascinado tanto y durante tanto tiempo ha sido por la misma razón que el resto de mis proyectos: porque no hay otro igual, y si no lo hago yo no lo va a hacer nadie. 

Femtropy surge de la idea de crear una épica urbana ambientada en Barcelona, uniendo dos géneros tan antitéticos como el thriller y el drama intimista. Ya solo por eso estaríamos en un territorio poco transitado. Pero como ya he dicho, la obra cobró vida y lo que empezó como un incidente (el que abre el cómic: una mujer es tiroteada por su expareja) se convirtió en un drama de mucho más alcance, lleno de personajes que iban pidiendo turno. Al explorar el pasado de estos personajes, el relato se convirtió en una saga, y al ampliar aún más el foco, la saga desarrolló una mitología. 

Este primer tomo solo explora el primero de estos niveles, y apunta los temas que se van a desarrollar en los dos siguientes. La historia narrada en este volumen está inspirada en una novela de Haruki Murakami 1Q84, uno de cuyos personajes principales, se dedica a impartir justicia por su cuenta a hombres responsables de maltratar y abusar de mujeres, bajo la instrucción de una vieja dama. Una intriga muy parecida, y un conflicto de intereses entre la vida personal y la cruzada de la protagonista, se convirtieron en el hilo conductor de la trama. El resto es historia. 

Nunca fue mi intención hacer un relato feminista, ni un relato contra el machismo. Tampoco quería hacer una historia de superhéroes, por lo que, buscando conflictos más cercanos a la realidad, me pareció que el de los sexos era muy interesante de explorar, y uno que se ha visto poco en cómic, y menos desde un género como el thriller, ya que la mayoría de las historias que exploran esta temática lo hacen desde el melodrama o la tragedia. Aplaudo los esfuerzos por dar visibilidad a las injusticias sociales, pero yo quería hacer una historia sobre todo entretenida.  

Yo no creo particularmente en la idea del patriarcado, entendido como una idea abstracta– y si existe, a mí no me invitaron. En lo que sí que creo, porque todos lo conocemos, es en individuos concretos, con actitudes patriarcales y abusivas. Incluso si no podía identificarme con las mujeres como víctimas, sí que podía entender el abuso como idea: entre hombres y mujeres, entre ricos y pobres, entre dominantes y dominados. Y luego jugar con la idea de revertir esa dinámica y hacer una pregunta para la que no tenía respuesta: ¿y si un grupo (de mujeres, en este caso) decidiera combatir a esos hombres y esos comportamientos, usando métodos moralmente cuestionables? 

A partir de aquí, el dilema entre justicia y abuso se materializó, y la historia avanzó por un territorio que me resultaba familiar. Incluso si no hubiera sido fiel al consejo de Kelly Sue, décadas de historias de superhéroes, investigadores y justicieros de toda condición me respaldan. Ya solo me faltaba hacer el trabajo, y dejar que el público juzgue. 

Por desgracia, mi público sigue siendo una minoría. El mundo ha cambiado mucho desde que yo hacía dibujaba cómics y fanzines como adolescente. Por un lado, el acceso a los medios de distribución se ha democratizado (de ahí que mi edición sea autopublicada) pero también se ha vuelto más exigente: ya no basta con hacer un buen trabajo que hable por sí solo, también hay que darlo a conocer.  

Y ahí es donde he encontrado mis mayores limitaciones: con casi 50 años y un trabajo a jornada completa, no tengo ni la actitud ni el tiempo necesarios para cultivar una comunidad, promocionar mi obra, ni mucho menos hacer la ruta de festivales y artist alleys necesarios para promocionar mi obra. Lo único que puedo hacer es pedir a la gente a mi alrededor que me preste su tiempo en leer la obra (que es mucho pedir en la época de urgencia en la que vivimos) y que hable de ella. No para que yo me haga rico y famoso (nada me podría importar menos) sino para que la historia y los personajes les emocionen y les diviertan tanto como a mí. 

Tanto si mi público es de diez como de diez mil, la historia de estas mujeres va a seguir adelante. Drama, Saga, Mito. Una Épica completa que es ya mi obra más ambiciosa, y de la que no puedo esperar a que leáis este primer tomo, y los dos que vendrán después. De los que solo os voy a anticipar dos cosas: una, que no os los vais a ver venir; y dos, que al final todo va a salir bien. Ya he gastado mi cartucho de hacer obras oscuras y deprimentes con mis otros comics, así que dejadme que, por una vez, al menos en la ficción, la esperanza triunfe y el futuro no sea tan poco prometedor como el del mundo real. Si esta obra va a ser parte de mi legado como artista, al menos que me recuerden por algo más optimista.

M.A. Garcías