Autor: Marco Maggi, Francesco Nepitello Editorial:Devir
Número de jugadores: 2-4 Duración: 70-90 minutos
En Barcelona, seremos representantes de la burguesía catalana,
intentando expandir la ciudad, a la vez que intentamos evitar que los
movimientos revolucionarios nos lleven a la anarquía. El jugador que
adquiera más prosperidad y prestigio ganará la partida.
El juego está compuesto de cinco fases, que están separadas en tres
épocas. Habrá puntuaciones de final de fase, de final de época y de
final de partida. Al principio de cada fase se empieza revelando la tasa
de inmigración que se usará en diversos aspectos del juego.
El motor del juego, son las cartas. Las cartas nos permitirán
construir edificios que serán de diferentes tipos en función de a quién
vayan destinados. Así, tendremos edificios para la clase alta, media,
trabajadora y de renta baja. En función del tipo de edificio y de la
tasa de inmigración, se colocarán huelguistas en el Raval, los cuáles
pasan a las barricadas cuando empiezan a ser demasiados. Además, cuando
construimos edificios de clase alta, el medidor de conflicto social
avanza con paso firme hacia la anarquía (otros aspectos del juego,
también podrán hacer avanzar este medidor).
Podemos observar los diferentes edificios en función de su clase |
Durante el juego iremos adquiriendo unas fichas de influencia, que
podremos usar para comprar tarjetas de influencia que nos darán puntos
de victoria al final de la partida.
Cuando hemos usado todas las cartas que tenemos para la fase, se
produce un final de fase. En él, los trabajadores de las barricadas se
meten junto con una cantidad variable de soldados en una bolsa, y se
saca un número igual a la tasa de inmigración. Los de nuestro color, nos
hacen perder prestigio, y al que tenga más se le entrega la carta de
huelga general, que tendrá que usar en el turno siguiente y le hará
perder uno de sus turnos. Los soldados extraídos, harán avanzar el
medidor de conflicto social. También se entregan cartas de prestigio y
popularidad en función de los edificios construidos en cada barrio.
Si además tenemos un final de época, también se puntúan los bloques
completados (grupos de cuatro edificios juntos formando un cuadrado)
según el tipo de edificio. Además se disipan las protestas (se vacía la
bolsa de huelguistas y soldados).
Detalle de las cartas y las tarjetas de influencia |
Si en algún momento se llega al final del medidor de conflicto social,
se produce la anarquía. En ese caso, se retiran todas las cartas de
influencia del juego, y se cambia el valor de los edificios (ahora
puntúan más los de las clases más humildes).
Al acabar la quinta fase, y resolver la tercera época, se produce un
recuento final, en la que se puntúan los edificios sueltos, y las cartas
que hubiéramos obtenido en la última fase. El jugador con mayor número
de puntos de victoria, gana la partida.
Puntos importantes:
-La ambientación histórica y el arte del juego son espectáculares.
-Al principio la cantidad de información puede abrumar un poco, pero no
es un juego complicado a la hora de realizar las acciones (la estrategia
a seguir ya es otra cosa).
-Es de esos juegos que requieren más de una partida para saber bien el
funcionamiento de las estrategias, ya que al principio juegas un poco a
ciegas.
-En la página de Devir, podéis ver las reglas y un video tutorial.
JOAN PRATS