Qué lejanos aquellos tiempos en que la literatura de género recurría a imágenes de agencia que nada tenían que ver con el contenido de los libros a las que estas servían de cubierta. En este sentido las portadas de Enrique Corominas para Gigamesh son ejemplares: no solo clavan el qué y el porqué de las novelas, además son magníficas por ellas mismas.
(En un aparte: os recomiendo pero que muy mucho la adaptación que Corominas hace unos años realizó del clásico de Oscar Wilde El retrato de Dorian Gray. Impresionante. Y lo podéis encontrar también en nuestra librería)
Las estrellas, mi destino es un clásico de la ciencia ficción escrito por Alfred Bester y publicado originalmente en 1956. Como todos los clásicos es tremendamente moderno (dejando a un lado ciertas cosas que remiten ciertamente a la época en que se escribió). El estilo de Bester es rápido y contundente y lo mejor que puedo decir de Las estrellas es que una sucesión de escenas y situaciones que aunque unidas por un hilo argumental común (la venganza del protagonista) son todas de lo más dispares, originales e impactantes. Tenemos el foco de la narración puesto en el espacio profundo, en una prisión subterránea en oscuridad perpetua, un circo de dimensiones épicas, un cirujano sin escrúpulos que crea engendros, bombardeos a nivel planetario y una cultura galáctica posibilitada y permanentemente marcada por el descubrimiento del jaunteo, la habilidad natural del ser humano para teletransportarse.
La acción sigue a Gully Foyle en su búsqueda de venganza a lo largo y ancho del planeta y más allá y asistimos al tiempo a su evolución como persona y personaje. Bester no se corta a la hora a la hora de describir los extremos a los que llega Foyle para conseguir lo que quiere y, asimismo, nos describe con todo lujo de detalles como el ímpetu y fuego que arde en su interior lo hace salir de su mediocridad como persona, crecer en habilidades (algunas veces de forma harto fantástica e increíble) y, finalmente, llevarlo hasta el punto en que finaliza esta entretenidísima y garbosa novela.
Jaume Albertí
