miércoles, 25 de noviembre de 2020

Còmic Recomendado: DOCTOR EXTRAÑO de ROGER STERN

A estas alturas, pocos aficionados al cómic de capas negarán el peso que un guionista como Roger Stern ha tenido en el medio, y muchos lectores veteranos a bien seguro que guardan un buen recuerdo de sus etapas en personajes tan populares como SpidermanLos Vengadores o Superman. En este sentido nada tiene que envidiar a autores algo más reconocidos, como, digamos, John Byrne ―con quien por lo demás tiene varias colaboraciones― o Chris Claremont. Su caso recuerda algo al de John Ostrander: pese a que tal vez no hayan firmado ninguna obra “revolucionaria”, al nivel de los ubicuos Watchmen El Regreso del Caballero Oscuro, ambos se ha caracterizado por entregar cómics entretenidos, bien escritos, y respetuosos con los tópicos del subgénero… Y un par de auténticos ejemplares “de culto”, a los que tal vez les faltó algo para triunfar al nivel de títulos más exitosos cuya calidad podría argüirse que no es mayor; cómics “de culto” que resultan tan reivindicables a día de hoy como en el momento de su publicación.


En el caso de Ostrander, ahí están su excelente, y adelantado para la época, 
Escuadrón Suicida, o el tour de force de puro bien hacer que se marcó con un personaje comercialmente tan poco viable como El Espectro; en el de Stern, su Doctor Extraño. Un personaje que, aunque a día de hoy sea relativamente popular gracias a su adaptación cinematográfica, ha tenido una vida editorial digamos que complicada desde su creación, a manos de Stan Lee y Steve Ditko, hasta la actualidad. Puede defenderse que ha tenido, sí, grandes etapas desde un punto de vista artístico, pero las ventas ni mucho menos han sido consistentes, con lo que ha habido cancelaciones, periodicidades bimestrales, intentos de relanzamiento, cabeceras compartidas… Destaquemos, entre todo lo publicado, la mencionada etapa inicial de Lee y Ditko, la dibujada por Gene Colan y Tom Palmer, la de Steve Englehart y Frank Brunner… y, por supuesto, la de Roger Stern.


Stern escribió, en mi opinión, prácticamente un paradigma de lo que la “fórmula Marvel” ha significado para los tebeos del subgénero. Historias con un héroe tremendamente poderoso, pero al tiempo vulnerable, más que humano en sus batallas, pero cargado por todo el peso de sus emociones, sus dudas, su sentido de la responsabilidad. Un gran ejemplo es el episodio unitario que dibujó nada menos que 
Michael Golden, un clásico dentro de otro clásico, y donde el protagonista se enfrenta a un enemigo interior y demasiado común, la depresión, con la excusa típicamente Marvel de hacerlo mediante un combate directo con un supervillano, en este caso D’Spayre. Y bien, a lo largo de su etapa encontraremos viajes en el tiempo y ejercicios de retrocontinuidad; el Darkhold, Drácula y, cómo no, vampiros, muchos vampiros; tríos amorosos y apariciones estelares de otros héroes y heroínas; otras dimensiones mágicas y enfrentamientos con Pesadilla, Dormammu, el barón Mordo, el Doctor Muerte...Todo ello adornado por grandes artistas como el dúo Marshall Rogers/Terry AustinPaul Smith, el citado Golden y hasta Mike Mignola. Todo ello para conformar una etapa que, en mi olimpo personal de la Marvel de la época, pondría junto a los X-Men de Claremont, los Alpha Flight de Byrne, el Thor de Simonson o incluso el Daredevil de Miller.
Si viste la película del Doctor Extraño y sientes curiosidad por el personaje, o si simplemente quieres un cómic al estilo Marvel bien ejecutado en todos sus aspectos, que el grosor del tomo de la edición de Panini no te asuste, al contrario: seguro que, al acabarlo, desearías que hubiera sido todavía más grueso, ¡por los Vishanti!


---Rafael