MPD Psycho lo tiene todo.
Escenas impactantes.Desórdenes de Personalidad Múltiple.
Asesinos en serie.
Códigos de barras en el ojo izquierdo.
Conspiraciones genéticas.
Organizaciones de asesinos en la sombra.
Un pasado que más valdría no recordar.
Y secretos.
Muchos secretos.
Con cada entrega se nos ofrecen nuevas situaciones, que al igual que en Kurosagi (otra obra del guionista Eiji Otsuka), brillan por su originalidad y la sensación de desasosiego que transmiten. Todas ellas sin excepción, cada pequeño detalle que se nos presenta, acaban convergiendo en una trama general harto intrigante y, de momento, sin fisuras perceptibles. Y lo mejor: sin sacarse cosas de la manga. Las frecuentes revelaciones y sorpresas son coherentes con todo lo dicho en volúmenes anteriores y, pese a ello, siguen siendo igual de brillantes e inesperadas.
A degustar.
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