Después de leer Nimona, ¡tenía que leer El fuego nunca se apaga!
Con Nimona, Noelle Stevenson me demostró que sabía guionizar, dibujar y ser extremadamente divertida, así que estaba obligado a hacerme con esta autobiografía suya de los años que rodean la creación de Nimona, pero sobre todo de los posteriores. Es un cómic autobiográfico que sigue demostrando que Stevenson sabe escribir, dibujar y ser extremadamente... consciente de sus problemas e indecisión ante situaciones vitales importantes.
A Stevenson le acompañó el éxito y eso, junto a otras circunstancias personales, hizo que toda una serie de problemas mentales y físicos hicieran aparición. El fuego nunca se apaga es la crónica de esos años, de sus luchas, sus triunfos y sus fracasos, un autobiográfico de los buenos, magníficamente diseñado y editado, ¡y que os recomiendo si queréis saber más sobre la autora!
Jaume Albertí