martes, 8 de octubre de 2019

Cómic recomendado: THE WILD STORM

Warren Ellis es un guionista con una ya muy larga y exitosa trayectoria. Le debemos títulos tan notables como Transmetropolitan, Planetary, Desolation Jones, Global Frequency y un largo etcétera. Inquieto e innovador, la edad no le ha convertido en alguien acomodaticio, antes al contrario, y sus últimos títulos le muestran fiel a sus constantes, pero al tiempo en búsqueda de nuevas formas y contenidos que den fe de su visión del medio. Los editores han sabido sacar provecho de su capacidad de reinvención para trasladarla a personajes, conceptos y franquicias necesitadas de nuevos enfoques. Así, en los últimos tiempos le han llovido encargos para relanzar títulos con mucha historia a sus espaldas, pero estancados: Iron Man (Extremis), la franquicia mutante (con tres títulos simultáneos), Caballero Luna, el Nuevo Universo de Marvel, los Inhumanos (Karnak), James Bond... O el Universo Wildstorm.

Dicho universo surgió allá por los noventa, en plena era Image, con Jim Lee como su principal impulsor. Fue una época, resumamos, de dientes apretados, trajes de baño, anatomías neumáticas, armas cubistas y encefalograma plano. Curiosamente, el propio Warren Ellis fue quien dio un salto de calidad a la franquicia allá por el cambio de siglo, primero con Stormwatch y después con el grupo que surgió de sus cenizas, The Authority, un cómic muy influyente en su momento. Y son precisamente Stormwatch y The Authority, más The WildCATS, los grupos que forman la médula de la reciente reinvención del sello llevada a cabo por Ellis en The Wild Storm.

Ellis plantea su obra en forma de maxiserie de 24 episodios. Una obra coral, con un buen montón de personajes que el guionista sabe coordinar a la perfección. La trama aprovecha lo suficiente del pasado de los personajes como para que nos resulten familiares a quienes ya los conocíamos, pero la reinterpretación de los mismos es radical. Ellis se lleva el asunto a su terreno, y podemos reconocer varias de las temáticas más o menos recurrentes en su obra: el transhumanismo, las tecnologías bleeding edge, las organizaciones paragubernamentales secretas y la paranoia asociada… Hay muchísimo diálogo e interrelación de personajes pero, eso sí, cuando hay acción, la hay en serio. Pocos escritores, opino, escriben mejor ese tipo de secuencias que Ellis y, si el dibujante acompaña, el resultado es inmejorable.
Cabezas parlantes...

Una persona ha robado un equipamiento especial, un traje “nanorobótico”, de una de las dos organizaciones que, secretamente, gobiernan el mundo: IO y Skywatch. Este es el detonante para que el conflicto latente entre ambas se recrudezca, estando el destino del planeta entero en juego. Entra HALO, la tercera organización en discordia que, aparentemente, se opone a las otras dos, buscando una mejor gestión de las cosas. Éste es el punto de partida para que Ellis nos entregue un entretenimiento inteligente, plagado de diálogos punzantes, acción estilo Matrix y una ciencia-ficción metahumana que, como en los mejores ejemplos del género, sirve como reflexión y crítica de nuestra propia realidad.

Al artista Jon Davis-Hunt le cayó, con esta serie, un encargo peliagudo. No debe ser fácil dar vida a un cómic plagado de talking heads, multitud de personajes y escenarios y, como decía, escenas de acción bien delicadas. Sin embargo, creo que resuelve más que bien la papeleta, facilitando la identificación de los personajes en todo momento, ambientando de modo excelente, y narrando de forma clara y efectiva. Más que optar por las florituras, Davis-Hunt supedita su trabajo a la trama, haciendo que todo resulte lo más comprensible y fluido posible, cosa que, en obras de este tipo, es más que de agradecer.
... Y acción a raudales

ECC ha publicado los tres primeros tomos (de cuatro en total) de los que consta la serie. Así que solo queda recomendarla encarecidamente, tanto a los fans de Ellis como a las personas que quieran tener una excelente muestra de lo que este guionista es capaz. Entretenida, inteligente, compleja sin abrumar y excelentemente narrada, nos muestra que, efectivamente, otro mundo superheroico es posible. Que la disfrutéis.

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Rafael