Aunque el cine se haya encargado de popularizar a los personajes de Marvel Comics más allá del reducto de incondicionales, en ocasiones es algo difícil sugerir un cómic de la editorial que pueda ser leído por cualquier persona no-aficionada. Son muchos años de historia, muchísimas series, y no siempre con un punto de enganche para nuevos lectores demasiado claro. Esto por no decir que hay gente con un cierto prejuicio respecto de las historias cuyos protagonistas van en pijamas/trajes de baño de colorines dándose de galletas con los malos de la función. Bueno, pues aquí va un cómic que quizá pueda convencer a escépticos de uno y otro lado: La Visión, de Tom King, Gabriel Hernández Walta y Jordie Bellaire.
Lo primero, la cosa tiene algo de trampa. Sí, Visión es uno de los personajes clásicos de la Marvel, un habitual de Los Vengadores desde hace, vaya, décadas. Pero éste no es exactamente un cómic de superhéroes al uso. No, es más bien un thriller, casi una historia de terror, con elementos, obviamente, de ciencia-ficción. Y es mucho más que todo eso, porque no ahorra elementos que dan para la reflexión y la crítica. Eso sí, no es un tebeo sesudo, y lo principal es que la historia engancha, se lee con interés y mantiene la intriga hasta el final.
Un poco de la trama, sin destripar mucho. Si habéis visto las películas de los Vengadores, ya sabréis que Visi es una especie de robot-androide (un "sintozoide", en el cómic). Ahora, imaginad que se monta una familia "tradicional" (amante esposa, parejita de hijos adolescentes) que, como él, son robots-casi-humanos. Ese "casi" es lo que hace que la familia se plantee el vivir una vida lo más normal posible, dadas las circunstancias, y siguiendo el sueño americano: casita en los suburbios, el papá en el trabajo -con Los Vengadores, ahí es nada-, los nenes en el insti, y la señora de señora de la casa. Sonará rancio, pero también común, y de eso se trata. Ahora bien, los sueños tienen eso de que uno se despierta, y el sueño de la familia Visión va a tener un despertar... directo a pesadilla.
Tom King sorprendió a propios y extraños con este tebeo, que en su momento se calzó todos los premios habidos y por haber, acompañando además el éxito comercial. Ello ayudado por un arte, el de Gabriel Hernández Walta, adecuado y cumplidor, embellecido por la siempre eficiente Jordie Bellaire. Panini lo ha publicado en dos ediciones. La primera, en dos tomos en tapa blanda; la segunda, en un lujoso tomo en tapa dura, plagado de extras. Si en su día se os pasó, que no se diga que nadie os ha recordado que está por aquí, y que resulta más que recomendable.
Rafael
Lo primero, la cosa tiene algo de trampa. Sí, Visión es uno de los personajes clásicos de la Marvel, un habitual de Los Vengadores desde hace, vaya, décadas. Pero éste no es exactamente un cómic de superhéroes al uso. No, es más bien un thriller, casi una historia de terror, con elementos, obviamente, de ciencia-ficción. Y es mucho más que todo eso, porque no ahorra elementos que dan para la reflexión y la crítica. Eso sí, no es un tebeo sesudo, y lo principal es que la historia engancha, se lee con interés y mantiene la intriga hasta el final.
Un poco de la trama, sin destripar mucho. Si habéis visto las películas de los Vengadores, ya sabréis que Visi es una especie de robot-androide (un "sintozoide", en el cómic). Ahora, imaginad que se monta una familia "tradicional" (amante esposa, parejita de hijos adolescentes) que, como él, son robots-casi-humanos. Ese "casi" es lo que hace que la familia se plantee el vivir una vida lo más normal posible, dadas las circunstancias, y siguiendo el sueño americano: casita en los suburbios, el papá en el trabajo -con Los Vengadores, ahí es nada-, los nenes en el insti, y la señora de señora de la casa. Sonará rancio, pero también común, y de eso se trata. Ahora bien, los sueños tienen eso de que uno se despierta, y el sueño de la familia Visión va a tener un despertar... directo a pesadilla.
Tom King sorprendió a propios y extraños con este tebeo, que en su momento se calzó todos los premios habidos y por haber, acompañando además el éxito comercial. Ello ayudado por un arte, el de Gabriel Hernández Walta, adecuado y cumplidor, embellecido por la siempre eficiente Jordie Bellaire. Panini lo ha publicado en dos ediciones. La primera, en dos tomos en tapa blanda; la segunda, en un lujoso tomo en tapa dura, plagado de extras. Si en su día se os pasó, que no se diga que nadie os ha recordado que está por aquí, y que resulta más que recomendable.
Rafael