Émile Bravo nos presenta en el álbum La esperanza pese a todo la continuación de Diario de un ingenuo (que era una gozada tanto narrativa como gráficamente) y que no es necesario haber leído para comprender lo que pasa en este segundo, pues el autor al principio del mismo da toda la información que necesitas saber para embarcarte en este sin andar perdido, aunque sí es muy recomendable.
El autor sitúa a un personaje tan carismático del cómic como es Spirou en los comienzos de la segunda guerra mundial para contarnos cómo se vivió la invasión alemana de Bélgica, y aprovecha para plantearnos distintos temas como el antibelicismo, los prejuicios contra grupos de personas según su procedencia y la problemática de los desplazados y refugiados. Quizás Bravo usa este relato de principios/mediados del siglo XX para hacer una alegoría de lo que esta pasando actualmente en muchas partes del mundo y que lo mejor para afrontar esos asuntos es la sensatez y el pensar por uno mismo. Pero aunque trata todos esos temas no olvida el medio en el que está y qué personajes está usando y, lo que es más importante, lo que espera el lector de Spirou y eso es aventuras y divertimento y lo aporta plagando el cómic de gags y situaciones emocionantes. Es didáctico sin caer en la moralina fácil, perfecto quizás para las clases de historia en los institutos.
No tenemos que olvidar el aspecto gráfico del autor, que con su linea clara y sin barroquismos consigue transmitir un sinfín de emociones muy acordes con lo que se narra en la historia.
Recomendadísima obra y con ganas de leer los siguientes álbumes de que se compone esta historia.
MA
