No es que sea noticia decir que cada mes se publican, haciendo un cálculo aproximado, chorrocientos tebeos nuevos; un poco difícil llevar la cuenta de todo, siquiera para saber si merece la pena o no darle un primer vistazo. El caso con este Rayo Negro -escrito por Saladin Ahmed y dibujado en su mayor parte por Christian Ward- fue que, cuando salió, me pasó completamente por debajo del radar y, más allá de levantar acta de su existencia, ni caso. Porque digamos que los Inhumanos, en general, y Rayo Negro, en particular, no me parecen precisamente de las creaciones más afortunadas de los clásicos Lee y Kirby. Mira que Marvel, unos añitos atrás, trató de forzar su protagonismo, en detrimento de licencias más populares, debido a que... Dejémoslo ahí, baste decir que ni poniendo al frente a sus creativos y artistas de cabecera, ni con el "impulso" de una malograda serie de TV, la cosa fue más allá, cuando menos respecto a resultados comerciales. Eso sí, la invasión de títulos "inhumanos" del periodo dos dejó al menos dos joyitas: el adalid del Speculative Nihilism, esto es, el excelente Karnak de Warren Ellis, y este Rayo Negro. El primero no se me escapó porque Warren Ellis; el segundo, tengo que agradecer a uno de nuestros clientes habituales que me llamara la atención sobre él.
Veamos: Rayo Negro, dicho rápidamente, es -habitualmente- el monarca absoluto de una especie de, uhm, seres no-exactamente-humanos con características especiales e individualizadas, los Inhumanos; algo así como los mutantes de la Patrulla-X, para entendernos. El tal Rayo Negro es un personaje especialmente soso (y esto dentro de un grupito cuya ausencia de carisma es notoria) porque, entre otras cosas, no habla. Porque no debe; entre sus poderes está el tener una voz que puede, literalmente, tumbar montañas, así que no es plan. Ya os digo que la perspectiva de un tomo con nada menos que 12 tebeos de grapa dentro de un personaje que no me despierta mucho entusiasmo, escrito por un guionista que desconocía, no parecía muy halagüeña. Pero, eh: sorpresa.
Porque, a ver, ¿de qué puede ir un tebeo con un protagonista así? No lo hubiera adivinado en la vida: la primera mitad del cómic es, nada menos que, un drama carcelario. Con un decorado de ciencia-ficción, sí, pero drama carcelario. Y donde brilla, más que el propio protagonista, uno de esos villanos clásicos que difícilmente habrá encontrado una voz mejor que la que tiene en este cómic: "Crusher" Creel, El Hombre Absorbente (ya el nombre, en castellano al menos, invita al chiste fácil). El caso es que el guionista cocina una historia intrigante desde la primera viñeta, con muy buena interrelación y desarrollo de personajes, y con momentos realmente emotivos. El tomo contiene efectivamente "la colección completa", publicada en su día en Estados Unidos en doce cómics de grapa, claramente divididos en dos arcos argumentales. Digamos que el primero sienta las bases de la serie y presenta a protagonista y secundarios; el segundo realiza un cambio de escenario y aprovecha lo ocurrido anteriormente para seguir profundizando en su protagonista, además de introducir nuevos personajes y dar una resolución "definitiva" a lo ocurrido anteriormente. Hay un pequeño bajón en esta segunda parte, pero es que el arranque es realmente bueno y quizá su guionista sabía ya entonces que no le quedaba mucho tiempo en la serie. Aun así, no faltan momentos conseguidos, como el de cierto funeral...
Ah, el dibujo. Bueno, no sería especialmente fan, si no fuera por el color. No es por desmejorar la línea, pero ciertamente el color llama la atención, para bien o para mal; lo primero, en mi caso. Acompaña bien; hay expresiones que me parecen mejorables, por ejemplo, pero ya digo que visualmente resulta llamativo y la historia se sigue sin que el artista nos lo dificulte, así que todo correcto.
Como decía al principio, cada mes se rellenan las estanterías con novedades y cosas como ésta es bien fácil que sean solemnemente ignoradas. Una vez puesto sobre aviso, y comprobado que el producto está más que bien, quedaba hacer sonar la campana, por si alguien más le quiere echar un vistazo. Guión sólido, arte vistoso y un ejemplo más de que no hay personaje(s) malo(s), si quien está al mando le pone talento y ganas.
Rafael
Veamos: Rayo Negro, dicho rápidamente, es -habitualmente- el monarca absoluto de una especie de, uhm, seres no-exactamente-humanos con características especiales e individualizadas, los Inhumanos; algo así como los mutantes de la Patrulla-X, para entendernos. El tal Rayo Negro es un personaje especialmente soso (y esto dentro de un grupito cuya ausencia de carisma es notoria) porque, entre otras cosas, no habla. Porque no debe; entre sus poderes está el tener una voz que puede, literalmente, tumbar montañas, así que no es plan. Ya os digo que la perspectiva de un tomo con nada menos que 12 tebeos de grapa dentro de un personaje que no me despierta mucho entusiasmo, escrito por un guionista que desconocía, no parecía muy halagüeña. Pero, eh: sorpresa.
Porque, a ver, ¿de qué puede ir un tebeo con un protagonista así? No lo hubiera adivinado en la vida: la primera mitad del cómic es, nada menos que, un drama carcelario. Con un decorado de ciencia-ficción, sí, pero drama carcelario. Y donde brilla, más que el propio protagonista, uno de esos villanos clásicos que difícilmente habrá encontrado una voz mejor que la que tiene en este cómic: "Crusher" Creel, El Hombre Absorbente (ya el nombre, en castellano al menos, invita al chiste fácil). El caso es que el guionista cocina una historia intrigante desde la primera viñeta, con muy buena interrelación y desarrollo de personajes, y con momentos realmente emotivos. El tomo contiene efectivamente "la colección completa", publicada en su día en Estados Unidos en doce cómics de grapa, claramente divididos en dos arcos argumentales. Digamos que el primero sienta las bases de la serie y presenta a protagonista y secundarios; el segundo realiza un cambio de escenario y aprovecha lo ocurrido anteriormente para seguir profundizando en su protagonista, además de introducir nuevos personajes y dar una resolución "definitiva" a lo ocurrido anteriormente. Hay un pequeño bajón en esta segunda parte, pero es que el arranque es realmente bueno y quizá su guionista sabía ya entonces que no le quedaba mucho tiempo en la serie. Aun así, no faltan momentos conseguidos, como el de cierto funeral...
Ah, el dibujo. Bueno, no sería especialmente fan, si no fuera por el color. No es por desmejorar la línea, pero ciertamente el color llama la atención, para bien o para mal; lo primero, en mi caso. Acompaña bien; hay expresiones que me parecen mejorables, por ejemplo, pero ya digo que visualmente resulta llamativo y la historia se sigue sin que el artista nos lo dificulte, así que todo correcto.
Como decía al principio, cada mes se rellenan las estanterías con novedades y cosas como ésta es bien fácil que sean solemnemente ignoradas. Una vez puesto sobre aviso, y comprobado que el producto está más que bien, quedaba hacer sonar la campana, por si alguien más le quiere echar un vistazo. Guión sólido, arte vistoso y un ejemplo más de que no hay personaje(s) malo(s), si quien está al mando le pone talento y ganas.
Rafael