El juego más jugado en casa durante el confinamiento fue Azul de Michael Kiesling. El juego que más hemos jugado en casa después del confinamiento ha sido una de sus continuaciones en forma de juego independiente: Azul Pabellón de Verano, diseñado también por Kiesling.
Sin pretender hacer una comparativa entre ambos, creo que el primer Azul es más familiar y este algo más exigente. Después de ser apalizado en las primeras partidas empecé a entender de qué iba Pabellón de Verano y si ya me gustaba cuando perdía miserablemente me ha seguido gustando ahora que quedo algo mejor en el marcador.
Se trata de un juego de selección y colocación de losetas (preciosas, por cierto) con un montón de posibilidades de puntuación. Es necesario establecer estrategias a varias rondas vista, (teniendo en cuenta cuál es el color comodín en cada una de ellas), tener en cuenta que puedes arrastrar hasta cuatro losetas hasta la siguiente y también estar al tanto de cómo obstaculizar los propósitos de tus rivales.
Si colocas las losetas en lugares concretos el juego te premia con losetas adicionales que puedes utilizar para completar acciones que en principio parecían imposibles. Eso sí, en ninguna partida te dará la impresión de que hayas conseguido cumplir todas tus metas, porque siempre hay una loseta más que podrías haber colocado, una estrella más que podrías haber completado si hubieses tenido un comodín a mano y un largo etcétera de combinaciones posibles.
¡Os recomiendo encarecidamente Azul Pabellón de Verano tanto si habéis jugado como si no al primer Azul!
Jaume Albertí
¡Os recomiendo encarecidamente Azul Pabellón de Verano tanto si habéis jugado como si no al primer Azul!
Jaume Albertí
