Esclavos del trabajo refleja las vivencias de la autora en Suecia a principios del presente siglo. Como buen autobiográfico incide en las cuestiones características del género: la inseguridad de la prota, sus relaciones personales, sus querencias, sus dolencias, sus esperanzas y sus insatisfacciones, todo ello sazonado con la aparición intermitente de un trabajo mal pagado sin contrato y sobre el que se vertebra el resto de la vida de la artista (se mudó a Suecia para asistir a clases de cómic y porque tenía un medio novio allí).
Es una lectura que se disfruta del tirón y aunque a nivel gráfico Daria Bogdanska no es una fuera de serie el dibujo no entorpece la narración y trasmite exactamente lo que la autora quiere, que es lo importante en nuestro medio.
Una exploración sugerente del microcosmos de la autora en un momento puntual de su vida y que cuando acaba hace que quieras más. Lo que como buen autobiográfico todos los tebeos así quieren conseguir.
Jaume Albertí
