… O bien cualquiera de esos géneros, pero entremezclados. Que es precisamente lo que nos propone la pareja artística formada por los excelentes Greg Rucka, guionista, y Nicola Scott, artista, en este Black Magick. Un título que podría resumirse como un cruce entre un relato noir y una historia con elementos sobrenaturales. Para ponernos en situación, y limitando los destripamientos al mínimo: su protagonista es una detective de la policía que, incidentalmente, resulta también ser una bruja. “Y hasta aquí puedo leer”.
Que Greg Rucka es todo un experto escribiendo historias con protagonistas femeninas es algo fuera de toda duda, y ésta no es una excepción. Además, en esta serie -que es, recordémoslo, de creación propia y propiedad de los autores- se le nota particularmente inspirado. Algunos de los cómics que le he leído adolecían de una cierta falta de ritmo y una sensación de alargamiento; algo que aquí no se hace de notar, y desde el primer episodio suceden cosas impactantes y de interés, proponiéndose un misterio al tiempo que vamos conociendo mejor a nuestros protagonistas… Y a sus antagonistas.
El dibujo de Nicola Scott merece un punto y aparte. La artista australiana no carece de experiencia en el medio -le recuerdo, al menos, algunos números en Wonder Woman y en los brutales Secret Six de Gail Simone-, pero creo que es en esta serie donde da la medida de lo que es capaz. En tonos de grises y solo unos puntuales toques de color (que no carecen de significado), su estilo realista, elegante y estilizado es todo un placer para la vista, sin sacrificar con ello aspectos como el de la narrativa o la composición. Resulta indudablemente un envoltorio de lujo para la historia de Rucka, y ambos parecen complementarse a la perfección.
Norma Editorial agotó el primer volumen de la serie al poco de editarse; aprovechad ahora que se acaba de reeditar y que, en breve, a finales de enero, se publicará el segundo volumen.
¡Que lo disfrutéis!
Rafael
