Una confederación intergaláctica, androides a medio camino entre Lucas y
Asimov, niños robot con personalidad, viajes en el hiperespacio,
planetas de criaturas extrañas, máquinas que se rebelan,
cazarrecompensas galácticos, guerra por la supervivencia de la
especie... Seamos sinceros, si una cosa no pretende Descender es ser
original, porque casi todos sus elementos nos suenan de algún otro sitio,
sea Star Wars, Farscape, Blade Runner, AI, y seguramente otras si
hubiera visto o leído más ciencia-ficción.
Esta fue la primera obra de
creación propia de Lemire como solo guionista, pero tan solo la primera
de una trayectoria ascendente seguida de obras como Black Hammer o
Gideon Falls (y algunos de sus trabajos para Marvel tampoco estuvieron
nada mal). Lemire deja claro muy pronto que su propósito no es
revolucionar el género sino crear una historia con personajes
entrañables, con giros pero sin incoherencias, y sobre todo servir de
vehículo para el lucimiento de Dustin Nguyen, cuyas acuarelas y diseños
justifican por sí solos la obra.
El resultado para mí es un relato de
aventuras muy entretenido y que se lee con facilidad, un homenaje a/reciclaje de algunos de los temas más clásicos del género, y sobre todo
un regalo para la vista gracias a sus extraordinarias ilustraciones, que
lo hacen parecer genuínamente original a pesar de sus claros
referentes. La recomiendo encarecidamente.
M.A. Garcias