"Escuelta de jóvenes asesinos" fue el espantoso título español de Heathers, película de culto de 1988 que hacía un retrato oscuro y cruel de la vida de unos adolescentes en el instituto, subvirtiendo las comedias estudiantiles de aquella época. Y también podría ser el subtítulo de este cómic guonizado por Rick Remender, aunque con una importante diferencia: donde Heathers era una comedia (aunque muy negra), Deadly Class es un drama violento sobre la vida en un instituto donde literalmente se entrena a jóvenes asesinos. Y que se ambienta, conectando extrañamente ambas obras, en el mismo año 1988 de la película.
Este fue uno de los cómics con los que me reencontré con el medio hace unos años, por lo que mi opinión podría estar un poco sesgada. Así que me la he vuelto a leer íntegra con motivo del reciente estreno de su adaptación televisiva, y ya con más distancia y criterio se ha confirmado mi impresión inicial: nos encontramos ante una de las obras maestras de esta década.
Si bien el punto de partida pueda resultar descabellado (una escuela donde los herederos de las familias criminales del mundo vienen a prepararse como sucesores) y no deja de resultar un giro violento a la fórmula de Harry Potter, se trata de una obra donde su guionista vuelca recuerdos y experiencias, a los que aplica los elementos de género criminal a modo de metáfora de una adolescencia atormentada. El resultado es una obra total, donde se mezclan sin problema el drama adolescente, la intriga criminal, la acción desenfrenada, y no pocos elementos de comedia negra. Si tuviera que ponerle una pega, a ratos los personajes pecan de exceso de autoconciencia, poniendo el guionista sus propias reflexiones en su boca sin demasiada sutileza.
El arte de Wes Craig, a la vez gráfico y caricaturesco, sintético pero lleno de detalle, es de lo mejor que se puede encontrar en el cómic americano a nivel de narrativa, composición, caracterización, dinamismo... una absoluta delicia para los sentidos.
Y lo mejor de todo, es que todavía no ha terminado. Definitvamente uno de mis top 10 de esta década.
MA Garcias