La editorial Dibbuks nos vuelve a sorprender con este notable cómic, Mujeres de Salem, de Thomas Gilbert. Una crónica fabulada de un tristemente famoso episodio histórico, que Gilbert narra de manera brillante tanto a nivel de guión como de dibujo, en mi opinión.
Así pues, seguimos la peripecia de Abigail Hobbs, una adolescente del pueblo de Salem que existió realmente, y que se vio implicada en la infame -y literal- caza de brujas que allí tuvo lugar a finales del siglo XVII. Abigail nos sirve, pues, como hilo conductor para contar la historia de cómo un pueblo que pudo garantizarle a Hobbs una infancia prácticamente idílica, la enfrenta con una sociedad mucho más dura tras el rito de paso que la introduce en la edad adulta. Mas tarde, y poco a poco, la comunidad se va contaminando de miedo, odio y resentimiento. La situación se degrada hasta el punto en el que es necesario tomar un chivo expiatorio... Y claro está, le toca a los miembros señalables, por un lado, y suficientemente débiles, por el otro: las jóvenes y mujeres de Salem.
La historia tiene, por supuesto, un trasfondo feminista -como confirma el postfacio de la filósofa Celia Amorós-, pero no olvida que no basta con contar una buena historia, sino que hay que contarla bien. Y a ello contribuye sin duda un dibujo con un aire familiar, pero al tiempo muy personal. Algo que me ha llamado la atención es el modo en el que dibuja los parajes naturales (vegetación, rocas, agua), con un estilo geométrico y al tiempo orgánico. Sus personajes resultan muy expresivos, y no le faltan recursos narrativos, incluida alguna que otra experimentación. Gilbert se las arregla, además, para contar la historia de forma estrictamente naturalista... Pero haciendo que, por momentos, parezca una narración del fantástico. La lectura, sea como sea, entretiene tanto como resulta estéticamente interesante.
Espero que este libro no se quede olvidado en las estanterías. Creo que merece que, cuando menos, le deis un vistazo. Y si lo vuestro es el feminismo, las brujas, la historia en general, o simplemente un dibujo llamativo y efectivo, entonces ya no tenéis excusa.
Rafael
Así pues, seguimos la peripecia de Abigail Hobbs, una adolescente del pueblo de Salem que existió realmente, y que se vio implicada en la infame -y literal- caza de brujas que allí tuvo lugar a finales del siglo XVII. Abigail nos sirve, pues, como hilo conductor para contar la historia de cómo un pueblo que pudo garantizarle a Hobbs una infancia prácticamente idílica, la enfrenta con una sociedad mucho más dura tras el rito de paso que la introduce en la edad adulta. Mas tarde, y poco a poco, la comunidad se va contaminando de miedo, odio y resentimiento. La situación se degrada hasta el punto en el que es necesario tomar un chivo expiatorio... Y claro está, le toca a los miembros señalables, por un lado, y suficientemente débiles, por el otro: las jóvenes y mujeres de Salem.
La historia tiene, por supuesto, un trasfondo feminista -como confirma el postfacio de la filósofa Celia Amorós-, pero no olvida que no basta con contar una buena historia, sino que hay que contarla bien. Y a ello contribuye sin duda un dibujo con un aire familiar, pero al tiempo muy personal. Algo que me ha llamado la atención es el modo en el que dibuja los parajes naturales (vegetación, rocas, agua), con un estilo geométrico y al tiempo orgánico. Sus personajes resultan muy expresivos, y no le faltan recursos narrativos, incluida alguna que otra experimentación. Gilbert se las arregla, además, para contar la historia de forma estrictamente naturalista... Pero haciendo que, por momentos, parezca una narración del fantástico. La lectura, sea como sea, entretiene tanto como resulta estéticamente interesante.
Espero que este libro no se quede olvidado en las estanterías. Creo que merece que, cuando menos, le deis un vistazo. Y si lo vuestro es el feminismo, las brujas, la historia en general, o simplemente un dibujo llamativo y efectivo, entonces ya no tenéis excusa.
Rafael