Por diferentes razones, dejé de leer cómics de DC en los años 90. Por ello me perdí desde La muerte de Superman hasta las múltiples sagas con "Crisis" en el título, con excepción de la que para mí fue la única, la Crisis en Tierras Infinitas con la que DC reinventara su universo en 1985. Hasta que volví a engancharme con Renacimiento, "mi" Superman era el de John Byrne, "mi" Wonder Woman la de George Pérez, y "mi" Flash era Wally West, tras haber visto morir a Barry Allen heroicamente en aquella Crisis original que nos marcó a toda una generación de lectores.
Pero de todo el período que va desde los 90 hasta la saga Flashpoint que dio lugar a un nuevo reset en 2011, tenia pendientes aún dos títulos: la JLA escrita por Grant Morrison (ni que sea para complementar el recuerdo indeleble de La Patrulla Condenada e Invisibles) y sobre todo esta Crisis Final, de nuevo a cargo de Morrison, que vendría a cerrar el ciclo abierto por la Crisis original de Wolfman y Pérez (incluyendo el retorno de Barry Allen, ¡no es un spoiler diez años después!) y ya de paso la que puede ser la visión definitiva de los Nuevos Dioses y el Cuarto Mundo de Jack Kirby.
El resultado es todo lo que uno ya se espera de una obra de Morrison, aquí ejerciendo de arquitecto in pectore del multiverso DC (como en su posterior Multiverso, aún en mi lista de pendientes) e involucrando, de nuevo, a tantos superhéroes por metro cuadrado como fuera posible, buscando salvar no ya al mundo sino a la misma realidad. También es lo que uno se ha acostumbrado a esperar de las sagas globales que en Marvel o DC llevan haciendo cada cierto tiempo, incluyendo las clásicas escenas de resistencia en las calles de Nueva York convertida en escenario postapocalíptico (si alguien leyó Imperio Secreto, o está leyendo estos días War of the Realms de Marvel), es más de lo mismo, y aunque solvente, se nota que no es la clase de narración con la que Morrison se siente más cómodo. Si lo son en cambio la investigación del crimen con el que se abre la historia o los episodios dedicados a las gestas individuales de Batman y Superman. A título personal, la nostalgia de reencontrarme con versiones de los personajes de DC que me solían resultar familiares, incluyendo que Shazam aún se llamara Capitán Marvel.
Como me pasó hace tantos años con su Animal Man, se trata de la clase de obra que marca un antes y un después, y aunque el universo DC ha seguido adelante con sagas épicas con mejor o peor resultado (Metal vs Convergencia) y el Cuarto Mundo ha vuelto a cruzarse con la Tierra (como en la excelente Mister Miracle de Tom King y Mitch Gerads) no creo haber leído una épica más definitiva que esta. Pero lo mismo pensé cuando la Crisis del 85. Pero es que entonces aún nos faltaba conocer a Grant Morrison.
El resultado es todo lo que uno ya se espera de una obra de Morrison, aquí ejerciendo de arquitecto in pectore del multiverso DC (como en su posterior Multiverso, aún en mi lista de pendientes) e involucrando, de nuevo, a tantos superhéroes por metro cuadrado como fuera posible, buscando salvar no ya al mundo sino a la misma realidad. También es lo que uno se ha acostumbrado a esperar de las sagas globales que en Marvel o DC llevan haciendo cada cierto tiempo, incluyendo las clásicas escenas de resistencia en las calles de Nueva York convertida en escenario postapocalíptico (si alguien leyó Imperio Secreto, o está leyendo estos días War of the Realms de Marvel), es más de lo mismo, y aunque solvente, se nota que no es la clase de narración con la que Morrison se siente más cómodo. Si lo son en cambio la investigación del crimen con el que se abre la historia o los episodios dedicados a las gestas individuales de Batman y Superman. A título personal, la nostalgia de reencontrarme con versiones de los personajes de DC que me solían resultar familiares, incluyendo que Shazam aún se llamara Capitán Marvel.
Como me pasó hace tantos años con su Animal Man, se trata de la clase de obra que marca un antes y un después, y aunque el universo DC ha seguido adelante con sagas épicas con mejor o peor resultado (Metal vs Convergencia) y el Cuarto Mundo ha vuelto a cruzarse con la Tierra (como en la excelente Mister Miracle de Tom King y Mitch Gerads) no creo haber leído una épica más definitiva que esta. Pero lo mismo pensé cuando la Crisis del 85. Pero es que entonces aún nos faltaba conocer a Grant Morrison.
Recomendada especialmente a los fans nostálgicos del "viejo" universo DC, otra excelente aportación a la mitología morrisoniana.
Gracias por la recomendación, Jaume. Keep em coming.
MA Garcias