viernes, 14 de junio de 2019

Cómic Recomendado: LA BALADA DE HALO JONES

Como es natural, Alan Moore se fogueó como guionista en las editoriales de su Inglaterra natal a principios de los ochenta. Entre sus trabajos más destacables de la época se encuentran sus colaboraciones para las editoriales Quality y Fleetway.
Para Quality comenzó en la revista Warrior la serialización de dos obras que finalizaría posteriormente cuando ya trabajaba plenamente y con éxito para el mercado americano: V de Vendetta y Miracle Man. La primera es posiblemente el cómic más conocido de Moore junto a Watchmen y From Hell. La segunda es un claro precedente del realismo inyectado al género de superhéroes que también practicaría en la ya mencionada Watchmen.
Para Fleetway realizó historias cortas para las antologías de tebeos futuristas de la editorial como Future Shocks, Time Twisters y 2000AD. Además se encargó de crear varios seriales como Skizz, D.R. and Quinch y la historieta que nos ocupa: La balada de Halo Jones, esta junto al dibujante Ian Gibson, curtido también en los títulos de ciencia ficción del mercado británico.
La balada de Halo Jones recopila los tres libros que la pareja realizó sobre el personaje, de los nueve que había proyectados, pero que se fueron al traste por una disputa sobre derechos de autor con la editorial. ¿Qué hubieran dado de sí posteriores aventuras del peronaje? Nunca lo sabremos, pero debemos conformarnos con que esta edición integral de las primeras, pese a todo, deja bien cerrada la obra.
Moore y Gibson crean un mundo a siglos vista a partir de los acontecimientos y lugares que Halo Jones padece y visita en historias cortas de unas pocas páginas y que tienen mucho contenido, según el esquema habitual de la revista en las que fueron publicadas. Me gusta especialmente la jerga única que se emplea al principio y que cuesta algo entender (y no digamos ya de traducir) pero que tiene como resultado el verse el lector inmerso en un mundo diferente al nuestro, algo que siempre es prioritario en toda ciencia ficción social y/o especulativa, si bien es cierto en que llega un momento en que Moore comienza a escribir en nuestro inglés contemporáneo, aunque conservando cuatro palabros característicos para que no olvidemos que no estamos en nuestro presente (dicho fenómeno es explicable si tenemos en cuenta que con el tiempo, acabamos entendiendo cualquier idioma después de un tiempo sumergidos en la sociedad que lo utiliza). Si habéis leído su etapa en La Cosa del Pantano, esencialmente en su periplo galáctico, ya sabréis que Moore siguió dedicándose a inventar idiomas extraterrestes en ella. Y si no la habéis leído aún, ¡hacedlo! ¡Os estáis perdiendo uno de los mejores cómics de terror de la historia!
La construcción de mundos es impecable, y los autores le sacan todo el provecho. Halo Jones es un entretenimiento con recado (o recados): la diferencia de clases, la pobreza, las tribus urbanas, el absurdo de la guerra y muchos otros temas que Moore explora, pero sin dar con ellos en la cabeza al lector, simplemente haciendo que formen parte integral de las vivencias de la protagonista.
Y este es otro de los ganchos y los aciertos del cómic: LA protagonista. Para empezar, en una revista en la que se publicaban (y se publican) historias del Juez Dredd, Strontium Dogs, Rogue Trooper, etc, Moore presentó un serial ni más ni menos que protagonizado por una mujer, una mujer que no va enseñando cacho, ni es mega eficiente en lo que hace, ni una asesina con el gatillo fácil, sino una persona normal y corriente que se ve abocada por las circunstancias a huir en una escapada hacia delante, siempre hacia delante, saliendo de su Aro natal en Nueva York, buceando en otros planetas, para al final darse cuenta de que el universo entero se le ha quedado pequeño.
Esta edición del material incluye varios extras que lo redondean y contextualizan, cosa que siempre es útil y aporta mucho a la hora de conocer los procesos de creación de los autores y el momento que les tocó vivir a ellos y a su obra. Tenemos una introducción de Hernán Migoya (que es también el sufrido traductor), textos escritos por los autores y unas páginas del guión de Moore.
¡Recomendado!

Jaume Albertí