El mallorquín Guillem March lleva más de una década trabajando para el mercado estadounidense de superhéroes, principalmente en la editorial DC Comics, aunque también ha realizado portadas para Marvel, y actualmente para Dynamite Comics en el relanzamiento de la eterna cabecera Vampirella. Mientras dibuja héroes de colores también ha ilustrado trabajos para el mercado francés, como The Dream, con el prolífico Jean Dufaux, o Monika, con la autora teatral Thilde Barboni. A ello hay que sumar toda su obra previa en la que actuaba como guionista, dibujante, entintador, colorista, maquetista y diseñador de sus propios álbumes (Laura, Días grises, Sofía, Ana y Victoria...).
Como creador inquieto, y al dedicar tantas horas al trabajo de encargo, March ha ido publicando varios volúmenes de desnudos de chicas, pin-ups y apuntes al natural para satisfacer sus ansias de autor completo en varios títulos: Muses a GoGo (fruto de un crowdfunding), Summer Muse (una edición actualizada y mejorada del anterior, publicada por Diábolo Ediciones) y Summer Muse 2 (que continúa con el proyecto).
Nos centraremos en el recientemente aparecido Summer Muse 2, un curioso híbrido de apuntes de chicos y chicas al natural en la playa, mezclado con los diálogos (reales) que tenían lugar en las sesiones de dibujo en vivo para dar a lo que podría ser únicamente un libro de ilustraciones la categoría del cómic.
Si el primer Summer Muse ya incluía varias historietas, en esta segunda parte cada modelo protagoniza una charla anecdótica y muy divertida con el autor durante una o varias páginas. Guillem comenta que incluyó este elemento narrativo porque veía que sus amigos que no estaban interesados en la ilustración a secas, pasaban páginas a toda velocidad y cerraban el libro en un santiamén, así que estos mini cómics ralentizaban la lectura y le aportaban contenido.
El conjunto se redondea con la reproducción de las fotos de las sesiones de posado y dibujo, los comentarios de March sobre todo el proceso y con un diseño de libro maravilloso.
Echadle un vistazo, merece la pena.
Jaume Albertí