Los jugadores toman el papel de maestros pintores que por orden del obispo tienen que restaurar el gran fresco del techo de la catedral .
Fresco es un juego de Marco Ruskowski y Marcel Süßelbeck para entre 2 y 4 jugadores y una duración estimada de una hora.
En fresco, tendremos un tablero central, donde está representado el fresco que tenemos que restaurar y que cubrimos con losetas que nos indican los pigmentos que tenemos que usar para restaurar esa sección (cada vez que lo hagamos, retiramos la loseta correspondiente dejando a la vista la pintura en cuestión).
También en el tablero tendremos una zona donde cada turno y por orden inverso de puntuación, cada jugador elige a qué hora se van a levantar sus ayudantes. Esto determinará el coste de los pigmentos para cada jugador y su nivel de felicidad (cuánto más temprano, más caro y menos felicidad), también determinará el orden de turno.
Cada jugador tendrá dos pantallas, tras las cuáles guardará sus recursos (monedas y pigmentos) y su tablero de acciones. En dicho tablero de acciones y de forma simultánea los jugador programarán las acciones del turno, colocando a sus 5 ayudantes en una de las 15 posiciones (son 5 acciones que se pueden realizar hasta 3 veces cada una).
Las acciones son: mercado (permite comprar pigmentos), catedral (permite restaurar partes del fresco), pintar retratos (nos dará monedas), mezclar pinturas (convertimos pigmentos básicos en otros) y visitar el teatro (aumenta la felicidad de nuestros ayudantes).
Una mecánica interesante que cabe destacar, es que en la zona del fresco, se coloca una figura que representa el obispo, que al moverlo puede aumentar la cantidad de puntos que podemos obtener al restaurar una pieza.
Ejemplo de partida en curso |
Durante la partida, deberemos planificar bien nuestras acciones y el orden de turno, para ir recogiendo los pigmentos adecuados que necesitamos para restaurar diferentes partes del fresco y obtener el máximo de puntos de victoria. También deberemos controlar los ingresos que vamos obteniendo para poder seguir comprando pigmentos e intentando tener felices a los ayudantes (si son felices, podemos tener un ayudante más y en caso contrario podemos perder uno temporalmente).
Otra cosa destacable es que el juego viene con 3 módulos que permiten expandir el juego. El primero añade unas cartas que podemos comprar cuando pintamos retratos, que pueden dar bonificaciones instantáneas o permanentes. El segundo añade unas losetas que se obtienen a partir de las partes restauradas en el fresco (potencia intentar restaurar partes con los mismos colores principales). El tercero añade más colores, que hace aún más interesante el papel de las mezclas de colores.
Estos módulos nos permiten graduar la dificultad del juego, pasando de un juego más o menos familiar con el juego base, a un juego de mayor dificultad si añadimos los tres módulos.
En resumen, fresco es un juego muy interesante de programación de acciones con una buena toma de decisiones, con un tema bastante bien integrado y con muy buena producción. Un juego muy recomendable para todos los públicos.
Joan Prats